"Las ratas mataron a dos personas más", fue el titular del diario Crónica del 29 de marzo del 2001, en rojo, tamaño catástrofe. Lo que parecía una película de insectos asesinos, del estilo de Arácnidos o Marabunta, era la enfermedad provocada por las ratas y la basura.
En
La claustrofobia que produce
Para mostrar todo esto Lucrecia Martel vuelve al ámbito que mejor conoce, el de su corto "Rey muerto", un mundo natural y provinciano. Se aleja de la estética de la película urbana, aunque sus protagonistas son evidentemente porteños, y no elige, salvo muy pocas escenas, la cámara en mano o el montaje entrecortado. Al contrario, su cine está cuidadosamente encuadrado, intencionalmente montado. Minuciosamente dialogado. Saca con esas formas lo mejor y lo peor de sus criaturas. La ciénaga no cuenta una historia tradicional, muestra un mundo de sensaciones, construye una gran metáfora con pequeñas metáforas, es un mundo sofocante pero atrapa.
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